(miércoles 23 de junio de 2021)
Publicamos a continuación las fotografías de las tres ediciones del Concurso de Fotografía Matemática del I.E.S. Jorge Manrique, organizado por el profesor Miguel Gras y patrocinado por el AMPA del Centro.
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(sábado 19 de junio de 2021)
Día 10... Una vez con el mensaje descifrado, salí a la calle para poder terminar de perfeccionar mi máquina de chatarra. No se me hizo muy difícil puesto que desde siempre me ha gustado construir, así que a la hora de la comida ya la tenía acabada. Como los coyotes me habían quitado todas mis provisiones me fui junto con Leo y Pulgas a buscar comida para por lo menos poder comer y cenar hoy. Andando durante un rato me encontré algo que antes parecía haber sido un supermercado, aunque estaba bastante destrozado y los pequeños animales se habían comido parte de lo que había, pude coger provisiones para sobrevivir durante un tiempo. Comimos allí mismo, e hicimos el camino de vuelta a casa contentos por haber encontrado comida.
Cuando llegamos, era tarde, pero quería probar la máquina de chatarra, y al ver que funcionaba a la perfección, me fui a dormir con ganas de poder empezar a limpiar el mundo que tan sucio estaba ahora mismo.
Día 11… Por fin tengo comida, así que ese día hice un buen desayuno para Leo, Pulgas y para mí. Al acabar de recoger los platos sonó un ruido un tanto familiar, y ahí me di cuenta de que era el mismo sonido que escuché cuando cayó el primer mensaje para que descifrase. Fue fácil, ya que como había logrado encontrar el libro para descifrarlos no me costó tanto. Estuve traduciendo la primera parte, pero ya estaba un poco cansado así que fui a dar un paseo para retomar fuerzas con mis perros por el campo que vimos el otro día, ese se convirtió en nuestro sitio favorito. Yo tomaba el sol mientras ellos jugaban en un lago cristalino, más tarde me puse a recoger toda la basura que encontré por la zona, pero ya se hizo tarde así que volvimos a casa para cenar y mañana empezar un nuevo día.
Día 12 ...A la mañana siguiente desperté a Pulgas y Leo e hice el desayuno, luego fuimos a dar un paseo ya que no me apetecía seguir descifrando el mensaje. Nos quedamos sentados al lado de un riachuelo. De pronto escuché un ruido, cogí mi rifle y apunté hacia donde había escuchado el ruido, pero no vi nada, creo que me estoy volviendo paranoico. Después volvimos a la base y terminé de traducir el mensaje. Ponía -cuidado peligro- y en ese momento -desde que estoy solo en la tierra no he tenido muchos problemas, aparte de algún que otro animal salvaje- fui consciente de que podría ser peligroso. Hice la comida para Pulgas y Leo. Estuve toda la semana pensando en el mensaje - cuidado peligro - a qué peligro se referiría. Empezó a hacerse de noche e hice la cena. Me costó mucho dormir, simplemente pensando en la palabra “peligro”.
Día 13... Al día siguiente me desperté pensando en el mensaje, porque me habían mandado un mensaje que ponía peligro. Estuve toda la mañana dándole vueltas al mensaje, así que cogí a Pulgas y Leo y me fui a dar un paseo para despejarme. Cuando volví del paseo hice la comida. Estuve toda la tarde buscando cosas por las que tener peligro ya que el mensaje lo decía. Se empezó a hacer de noche y me fui a dormir.
Día 14... Hoy me he despertado nervioso. Puede ser que tuviera una pesadilla, pero no logro recordar. La comida que compré en el supermercado se está acabando, así que he decidido ir a la estación militar a ver si hay comida en lata, dudo que esté caducada. Para este viaje he decidido llevarme mis tres cosas preferidas: Leo, Pulgas y mi rifle. Descubrí, al llegar a las instalaciones, que algunos de los antiguos sistemas de seguridad fallan, así que es posible que se me cierre una puerta automática en las narices y me decapite, no sé... Sorteando "puertas mortales" he llegado al lugar donde tienen las conservas, y, ¿cuál fue mi sorpresa? Lobos. Lobos, pensé, “¿qué %&T@ probabilidad había de que hubiera lobos en ese lugar?” Sin que me vieran, cogí todas las conservas que pude y salí por patas con Pulgas, ¿pero Leo? Un mordisco rápido de los lobos lo ha tumbado y lo ha dejado malherido. Y aquí me veo, solo con Pulgas, un Leo medio muerto y sin balas (Pd: les hice un regalo a cada cabeza de los lobos). Y sin saber cómo voy a salir, he de tomar una decisión, ¿irme sin Leo, o llevarlo a cuestas entre las "puertas mortales", sin saber si se desangrará en el camino a casa?
Día 15...Al final he tomado una decisión, llevaré a Leo a cuestas y me arriesgaré, se me hace imposible dejarle allí solo muriéndose. Cogí una cuerda de mi mochila y le hice un nudo en la herida del mordisco, para evitar que se desangre. Con el máximo cuidado llevé Leo a cuestas a través de las "puertas mortales".
Al salir de la estación militar fui lo más rápido que pude hacia casa para curar lo antes posible a Leo. Ya se estaba haciendo de noche y se veía muy poco dentro de aquel bosque, de repente, a lo lejos pude ver una luz como de unas antorchas. Sorprendido fui corriendo a ver qué era y cuando llegué me quedé más blanco que el pelaje de Leo. Lo que vi, era como una tribu de monos, pero parecían mucho más desarrollados que un mono normal ya que tenían antorchas y armas. Al verlos pensé que si me descubrían me atacarían y que me tendría que haber desviado mucho de mi camino habitual ya que nunca los había visto. De repente, un sonido por detrás de mí me sorprendió, allí había uno de esos monos, se abalanzó sobre mí y en sus manos vi que tenía a Pulgas, en qué momento lo cogió ni me di cuenta. Me tiró hacia su base, y los otros monos ayudándole me cogieron y me ataron. Hablaron entre ellos como en un idioma de monos y cogieron a Leo a mí y a Pulgas. Nos dejaron apoyados en una cabaña. Un de los monos dio un grito y después de eso vinieron unos pocos más como si les hubiese llamado. Se reunieron todos en un círculo alrededor del fuego y después vino el que se había llevado a Leo y en la mano llevaba una lanza con Leo clavado, muerto. Se lo llevó donde la hoguera y se puso a cocinarlo para después comérselo cerré los para no ver aquella horrorosa escena, es ahí cuando pensé que harían lo mismo con Pulgas y conmigo mañana así que dormí muy inquieto pensando en posibles cosas que podrían pasar.
Dia16… Esa mañana amanecí llorando, miré a mi alrededor y observé que estábamos solos Pulgas y yo, aunque seguíamos atados de manos y pies. Me detuve a pensar en cómo salir, le estuve dando vueltas hasta que sentí un golpe fuerte en la cabeza y me quedé inconsciente. Perdí la noción del tiempo, pero cuando desperté ya era de noche, por lo que supongo que estuve en ese estado unas cuantas horas. Volví a mirar a mi alrededor y aunque estaba oscuro pude ver unas sombras que debían de pertenecer a unos seres de aproximadamente un metro o metro y medio, nunca había visto algo parecido por lo que me quedé mirándolos fijamente un rato. Unas horas después mi estomago rugía con fuerza, hacía unos días que no comía bien del todo, haría lo que fuera por comida, pero me daba vergüenza pedírsela a esos seres ya que bueno, yo estaba atado y ellos estaban ahí comiendo lo que después me di cuenta que eran parte de los monos y los restos de Leo, lo cual me quitó el hambre. Me volví a dormir, y cuando desperté, ya al día siguiente, me di cuenta de que volvía a estar solo, no sé de dónde saqué fuerzas, pero me desaté, estaba muerto de hambre y no sabía bien lo que hacía así que, al ir a desatar a Pulgas, no sé cómo pasó, pero terminé comiéndomelo. Tenía un sentimiento de culpa enorme, y me pasé más de cuatro horas llorando solo en ese mismo lugar mientras acariciaba el collar de mi pobre perro y me volví a dormir. Al despertar me encontraba rodeado de la tribu enana de la que os hablé antes, sin dudarlo cogí mi rifle y disparé, disparé todas las veces que pude, pero en una de estas me quitaron el rifle y recibí un balazo en el pecho, el cual me costaría la vida.
Cuento colaborativo elaborado en Valores Éticos por el grupo 2º ESO CE.
Autores: Maru Castellanos, Lucía Rodríguez, Miguel Roldán, Elena Ruíz, Diego Sánchez, Sergio López, Eva Sileshi, Claudia Torralbas, Aitana Tortosa, Carlos Yubero, Verónica Bruña, Sandra Loeches, Sofía Lago, Idaira Vega, Jorge Morena, Eduardo Pericás y Carla Rodríguez.
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(viernes 18 de junio de 2021)
Dia 5... Un fuerte ruido me despertó a las cinco de la madrugada. Encendí la linterna y cogí el rifle. Bajé la escalera y encontré junto a Pulgas, a un precioso perro grande y blanco, que lamia la herida de Pulgas. Me emocioné mucho al saber que alguien más formaría parte de nuestra familia. Le llamamos Leo. Esa mañana trabajamos en la máquina más feliz que muchos días al estar mejor acompañado. Conseguimos instalar una emisora de ultra-frecuencia con un alcance de diez años luz. Nuestro objetivo era intentar contactar con alguien en algún planeta poblado. Después de varios mensajes enviados recibimos lo que parecía una voz humana en un idioma raro que no parecía del planeta Tierra. Estaba claro que los humanos habían evolucionado mucho y habían creado un nuevo idioma con mezcla de todos los idiomas conocidos en la tierra. Pasé toda la tarde intentando descifrar el contenido del mensaje. Pasada la media noche faltaba el final del mensaje, pero el cansancio me obligó a dejarlo hasta el día siguiente.
Día 6...A la mañana siguiente, decidí no descifrar el mensaje y aventurar por la zona, ya que podía haber diferentes cosas en España a diferencia de EE.UU. Desperté a pulgas y a Leo y por sorpresa, Pulgas estaba curado. Después de un largo rato caminando, nos encontramos con una fábrica destrozada. Hacía mucho tiempo que no veía algo así. De repente apareció una familia de mapaches que tenían montada una casita con comida de sobra. Pulgas y Leo intentaron ir hacia ellos, pero estos les asustaron y volvieron corriendo. Nos fuimos de ese sitio porque tenían miedo. De camino de vuelta, recogí unas plantas y frutas que podría comer. Al llegar a la casa, decidí dejar el mensaje para la mañana siguiente porque tampoco tenía mucha prisa en que los humanos vinieran al planeta y me dormí junto a Leo y Pulgas.
Día 7... Al día siguiente estaba muy cansado como para seguir aventurando lejos, así que decidí visitar los alrededores más cercanos. A medida que iba caminando, me adentré en el campo. Me di cuenta de lo bonito que era y fui a buscar a Leo y Pulgas para que compartieran conmigo el momento. Sí, son solo dos animales que ni siquiera hablan mi idioma, es más, ni siquiera hablan. Si le contase esto a mis amigos humanos pensarían que estoy volviéndome loco, pero estoy aquí sin compañía y ellos hacen que me sienta menos solo. Estábamos viendo el atardecer cuando de repente escuché un ruido. Se escuchaba cerca de donde dormíamos, fui corriendo a ver que estaba pasando y vi cómo tres coyotes se llevaban todas mis provisiones. Leo corrió detrás de ellos para ver si con suerte les daba una lección y recuperábamos la comida. Pero los coyotes fueron mucho más rápidos y Leo no consiguió llegar hasta ellos.
Día 8... Sorprendido por lo que estaba viendo, llamé a Pulgas y fuimos a buscar a Leo, que se encontraba junto al río. Los tres continuamos el camino hasta casa, estaba deseando llegar para terminar de descifrar el final del mensaje que había quedado grabado en la emisora de ultra-frecuencia, eso sí, lo haría con el estómago vacío, pues las únicas provisiones que me quedaban, se las habían llevado los coyotes. Ya en casa, me senté junto a la ventana y volví a conectar la emisora, pero esta vez las palabras que emitía la voz, eran desconocidas para mí.
De repente pensé en un viejo libro del que nos había hablado el profe de historia, era un libro que se encontraba en la biblioteca de la ciudad. El libro contenía las claves para descifrar el mensaje. Aunque la biblioteca estaba hecha un desastre y solo quedaban 1 o 2 estanterías en pie, fui con Pulgas y Leo a buscar el libro y ver si con suerte estaba entre esas estanterías.
Día 9... Ya está el mensaje descifrado, y decía que -------- en la Tierra en - días (nota del descifrador: ¡el mensaje era la primera misión de exploración en la tierra) ups! se me ha caído tinta en el mensaje y no tengo típex bueno, da igual, al parecer algo va a pasar en la tierra dentro de pocos días espero que mañana lo descubra.
Al día siguiente aterrizó una nave espacial cerca de mí, fui corriendo y encontré un astronauta, le di una copia de mi diario que escribía por si acaso. A cambio me llevó a España. Allí cogí las piezas y terminé de construir la máquina de chatarra.
(Continuará)
Cuento colaborativo elaborado en Valores Éticos por el grupo 2º ESO CE.
Autores: Maru Castellanos, Lucía Rodríguez, Miguel Roldán, Elena Ruíz, Diego Sánchez, Sergio López, Eva Sileshi, Claudia Torralbas, Aitana Tortosa, Carlos Yubero, Verónica Bruña, Sandra Loeches, Sofía Lago, Idaira Vega, Jorge Morena, Eduardo Pericás y Carla Rodríguez.
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(jueves 17 de junio de 2021)
Sí aquí estoy, solo. Bueno no del todo, el viejo Pulgas me acompaña siempre. Me llamo Loki. Me quedé solo el 6 de abril del año 2080, cuando el resto de los humanos buscaron otros planetas para vivir, porque el viejo planeta Tierra ya no era un lugar habitable, ni seguro para lo humanos.
Si has encontrado este diario es porque habéis decidido volver. Espero que esta vez los humanos hayamos aprendido a cuidar y valorar nuestro precioso planeta. No recuerdo muy bien los motivos por los que empecé a escribir, quizá por seguir hablando el idioma de los humanos, aunque fuese conmigo mismo, ya que Pulgas es un fiel compañero, pero no da mucha conversación. Aunque creo que, en el fondo, siempre he albergado la esperanza de que los humanos volvieseis, y quería ayudaros con este diario a comprender por qué os fuisteis y qué cosas quedan en este planeta que hacen que valga la pena cuidarlo y llenarlo de vida de nuevo.
Querido lector, no sé en qué año estarás, ni si allá de donde vienes te están esperando tu familia o amigos. Si es así, por favor transmíteles la información, la buena y la no tan buena, que en este diario encontrarás para ayudar a que no se repitan los errores del pasado.
Día 1... Hace muchos años en el planeta Tierra la gente se empezó a ir porque cada vez había más contaminación y en todos los medios de comunicación, recomendaban salir del planeta cuanto antes. Cuando yo escuché esto pensaba que la gente no haría caso, y así fue al principio, pero a medida que iban pasando los años la gente se lo tomaba más en serio, ya que no paraban de repetirlo por las noticias y en el otro planeta tenías más esperanza de vida. A mí no me apetecía salir del planeta porque en el otro planeta no aceptaban mascotas y yo tengo a Pulgas, entonces me quedé en la Tierra viendo cómo la gente se iba hasta que me quede solo.
Al principio se me hacía muy raro, pero luego me fui acostumbrando. Me dediqué a ocuparme de las mascotas que quedaban en el planeta y a cultivar vegetales para poder comer.
Día 2... Un buen día cayó un sobre delante de mí, yo lo abrí para ver que contenía y me quedé perplejo, los humanos querían volver a la tierra y aprender de sus errores. Entonces yo decidí escribirles otra carta, diciendo que para volver solo necesitaban encontrar el planeta Tierra y quitar los montones de basura y arreglar los desperfectos que habíamos causado. Como sabía que era imposible porque el planeta al que habían ido ellos estaba a 200 galaxias del mío, pensé que, si construía una máquina hecha de chatarra capaz de recoger y quemar la basura, por lo menos tendría un planeta más limpio. Esa misma tarde ya estaba construyendo esa máquina, bueno mejor dicho diseñándola. Yo sabía que había algunos materiales que no estaban en mi país, EE. UU. Así que pensé donde podría encontrar los demás materiales y decidí que el primer lugar al que tenía que viajar era España. Me prepare para el viaje tan largo que me esperaba.
Día 3... Pulgas llevaba unos días raro y yo no entendía lo que pasaba. Esta mañana lo he encontrado tirado en una puerta de coche sucia. Y me he asustado al ver que tenía una herida en la pata derecha. Se la he curado con agua del pantano, pero estoy muy preocupado. He empezado a buscar materiales para construir la máquina, cuando me ha llegado una nota enfrascada de los humanos, la cual decía que en 5 años llegan al planeta. En la carta también ponía que les gustaría seguir en contacto conmigo. En este tiempo he desarrollado muchas aficiones nuevas, pero ya me estoy haciendo mayor y no sé si podré aguantar cinco años más.
Día 4... Por la mañana, he ido a ver como estaba Pulgas. Estaba igual de raro que ayer y la herida no se había curado. Hoy también he empezado a construir la primera parte de la máquina. Cuando termine esta primera parte, tendré que viajar a España para empezar a construir la segunda, con los materiales que no están disponibles en EE. UU. Por la tarde decidí ir a casa de mis padres. Mis padres murieron debido a la contaminación ya que eran muy viejos. Paseé por la casa recordando mi infancia y luego decidí bajar al sótano. En el sótano, me encontré con un rifle que mi padre utilizaba para cazar y unos cuantos perdigones. Me lo llevé por si lo tuviese que utilizar en un futuro. Después volví a la base y continué trabajando en la máquina hasta que decidí irme a dormir. No recibí ninguna carta de los humanos.
(Continuará)
Cuento colaborativo elaborado en Valores Éticos por el grupo 2º ESO CE.
Autores: Maru Castellanos, Lucía Rodríguez, Miguel Roldán, Elena Ruíz, Diego Sánchez, Sergio López, Eva Sileshi, Claudia Torralbas, Aitana Tortosa, Carlos Yubero, Verónica Bruña, Sandra Loeches, Sofía Lago, Idaira Vega, Jorge Morena, Eduardo Pericás y Carla Rodríguez.
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