(miércoles 1 de febrero de 2023)
Mientras el sol se alejaba del Olimpo y su luz se iba extinguiendo, se escuchaban las quejas de los jóvenes dioses provenientes de una lejana sala. Allí estos adolescentes estaban tumbados en alfombras o sentados en los sofás que formaban la sala, rodeando el fuego para conseguir calentarse. Dejando pasar el tiempo de otra fría tarde de invierno buscando con qué divertirse.
Hermes estaba cambiando los canales con desgana sin que nada le llamase la atención y Hestia le estaba observando con una cara de pocos amigos viendo que todo lo que la interesaba, Hermes lo quitaba.
- Puedes parar y darme el mando - dijo Hestia enfurecida.
- Lo siento - dijo Hermes - no quería molestarte. Pero si tienes alguna idea mejor de que hacer, es bienvenida.
- ¿Por qué gritáis? - preguntó Zeus desde la habitación contigua
Zeus se asomó de la mano de Hera para ver que estaban haciendo y se encontró que estaban todos desanimados y aburridos sin hacer nada, así que propuso jugar a un juego que había visto en el Internet de los humanos.
-Reto o verdad… tiene una buena valoración en YouTube, ¿por qué no lo probamos?
Todos estuvieron de acuerdo con la idea, así que se sentaron formando un círculo como tantos otros adolescentes suelen hacer. Ya no parecían poderosos dioses, tan solo un grupo de jóvenes deseando buscar entretenimiento con los reyes del Olimpo: Zeus y Hera.
- Señor Zeus empiece usted, qué elige, ¿reto o verdad? - preguntó Deméter educadamente para dar comienzo al juego.
Imagen de Amazon.es.
- Vale Deméter, pero no hay por qué tratarme con tanta educación - dijo Zeus con cariño - voy a elegir reto.
- Tengo una idea, a que no te atreves a mandar la tormenta más grande del siglo, el país es de tu elección - dijo Poseidón con una sonrisa maligna entre sus labios – Así dejarán de ensuciar mis aguas.
- Pero que sea un lugar donde los veranos sean cálidos y los inviernos no extremadamente fríos - exclamó Afrodita.
Así hizo Zeus, creo la nevada más fuerte vista en años, a la que los humanos llamaron Filomena. La mandó con las condiciones de Afrodita, a España. Sufrieron muchos daños materiales como coches aplastados a causa de árboles partidos por la nieve. Mucha gente no pudo volver a sus casas esa noche y disfrutar de su hogar y de su familia bajo una manta. Pese a esto, todos los madrileños unieron fuerzas compartiendo las pocas palas que había y la comida que sobraba.
Imagen de Yahoo.news.
- Me toca a mí, yo también quiero reto. - dijo Hades.
Vale, te lo digo yo, ¡ya sé! Crea una pandemia mundial, que dure años. Que la gente que no se lo merezca muera. Los humanos me tienen como el malo de la película y ahora les voy a enseñar cómo de malo puedo ser. - dijo Ares.
Imagen de la Comunidad de Madrid.
Al pie de la letra lo siguió, los humanos lo bautizaron como “Coronavirus”. Todos los humanos se quedaron en casa por miedo. Esta sensación se quedó con ellos al menos los primeros 2 años, luego la gente empezó a relajarse, los niños les enseñaron que eran los que más se preocupaban y sabían lo que hacer. Se descubrió la vacuna y las mascarillas vinieron para quedarse. Pero todos hicieron lo posible para protegerse los unos a los otros.
- Yo quiero verdad, creo que los humanos no se merecen esto. - dijo Hera con ternura.
- Vale, pero tú te lo pierdes cariño - dijo Zeus- yo te preguntaré ¿me has sido siempre fiel?
Las mejillas de Hera empezaron a sonrojarse, no sabía muy bien qué responder así que buscó las palabras adecuadas para no herir a su marido.
- ¿Te acuerdas cuando solías tener numerosas aventuras a mis espaldas?, yo me aburría así que pensé que también tenía derecho a tener las mías. No por ser mujer tengo menos derechos que los hombres.
- Entiendo…por eso cambié - dijo Zeus pensativo- vale, siguiente.
- Yo quiero reto - dijo Ares impaciente.
- Los hombres fueron malos, dejaron de rendirme culto - dijo Atenea - se merecen una guerra. Además, usaron mi sabiduría para crear armas destructivas, para usarlas entre ellos.
- Pero ¿dónde la creo? - preguntó Ares.
- Usa a ese Putin, no tiene piedad, hará cualquier cosa por conseguir lo que quiere.
Así lo hizo, fue contra Ucrania. Putin usó sus armas para bombardear Mariúpol y Kiev. Toda Europa intentó ayudar a Ucrania, les dieron armas, donaron comida y dinero, acogieron a todos los refugiados ucranianos, les prestaron toda la ayuda posible… Y nunca perdieron la esperanza.
Imagen de Médicos Sin Fronteras (Autor: © Evgeniy Maloletka/AP Photo)
- Deméter, te toca a ti - dijo Hermes.
- Vale elijo verdad.
- Yo quiero saber por qué se están secando las plantas y está ocurriendo lo que los hombres llaman el calentamiento global - dijo Hestia.
- Lo estoy haciendo yo. Lo hago porque les di la agricultura y ellos la desprecian, tratándola como si no tuviera valor alguno. A ver si dándose cuenta de que la están perdiendo poco a poco, la empiezan a apreciar- dijo Deméter enfurecida.
Imagen con licencia Public Domain Pictures.
- Espero que se den cuenta pronto…- dijo Afrodita.
- No sé si tienen remedio. Nos vamos a hacer la cena, cuando terminemos de preparar la cena venís todos - dijeron Zeus y Hera.
- Vale me toca a mí- dijo Hefesto.
- Yo sé, yo sé - dijo Artemisa- que entre en erupción un volcán en las Islas Canarias y que la gente pierda sus casas. Ellos me hicieron daño, yo les enseñé a cazar y ellos arrasaron con todos los animales.
Imagen con licencia Wikimedia Commons.
Al pie de la letra lo siguió Hefesto, el volcán de cumbre vieja entró en erupción. Mucha gente perdió su hogar y tuvieron que irse a casas de familiares o fuera de la isla. La gente les ayudó, les donó comida, ofrecieron casas y otros niños invitaron a los que se habían quedado sin colegio a los suyos.
- Venga, a cenar- dijo Zeus.
Se sentaron todos alrededor de la mesa y empezaron a reflexionar de lo que habían hecho y se dieron cuenta de toda la maldad que habían causado.
- Se lo merecían todos, así que no os culpéis - dijo Zeus.
- ¡Pero les mandé una guerra! - exclamó Ares.
- ¡Y yo una pandemia! - dijo Hades.
- ¿Y no te distes cuenta de cómo se ayudaban los unos a los otros? Eran generosos y siempre acababan perdonándose - dijo Hestia. – Tenemos mucho que aprender de ellos.
Todos asintieron con pesar.
- Ya entiendo por qué se han olvidado de nosotros - concluyó Artemisa.
Autora: Cristina de las Heras Ramírez, alumna de 3º de ESO del I.E.S. Jorge Manrique. Fue galardonada con el primer premio en el Concurso Literario 2021-22 (en la categoría 1º y 2º ESO), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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(martes 24 de enero de 2023)
Parte 1: EN EL OLIMPO
–¡¿Qué?! – Hermes no daba crédito a sus oídos –. ¡¿Con los humanos?! ¡Eso jamás! ¿O es que no te acuerdas de lo que pasó la última vez que nos vieron? No se creyeron que eramos dioses, ¡y nos tomaron por locos! ¡Si hasta salimos en la tele!
Era el mes de marzo de 2022, y en el Olimpo, hogar de todos los dioses griegos, era un día como otro cualquiera. Y es que en el Olimpo nunca pasa nada nuevo, todos los días la misma monotonía. Todas las historias que se cuentan, las leyendas y los mitos, ya son agua pasada, ahora es todo rutina, rutina y más rutina. Si a Hefesto ayer se le rompió el martillo mientras hacía una espada, hoy se le torcerá en destornillador montando una estantería, y si ayer Ares se cogió un berrinche porque la sopa se le quedó fría, hoy cogerá una rabieta por perder al parchís.
Es por esto que Zeus, rey del Olimpo llevaba ya largo tiempo maquinando la idea de irse de vacaciones, y se le ocurrió bajar de la cima del Monte Olimpo, e ir una semana de turismo por el mundo de los humanos.
–¡Venga ya! Si sería genial, y a todos nos hacen falta unos días libres – Zeus acababa de proponer a Hermes, el mensajero, su maravillosa idea –. Además, he oído rumores de un correo electrónico que sustituye a las cartas de forma automática. ¡Imagínatelo! ¡Vacaciones perpetuas!
– ¿Vacaciones perpetuas? – a Hermes se le iluminó la cara – ¡Me apunto!
– Solo que ahora a ver quién más se apunta. Ir solos es un rollo.
– Eso déjamelo a mí – se ofreció Hermes –. Yo me encargo. Solo que no podemos ir por ahí diciendo que somos dioses del Olimpo con los humanos y tal, que la otra vez menudo numerito que montamos. Mejor nos disfrazamos de personas.
– Vale, tú le dices a los demás y yo me encargo de los disfraces – zanjó Zeus. Una vez hecho el reparto, se separaron, ilusionados con su plan.
Al día siguiente, debían reunirse a las nueve y media de la mañana todos los interesados por la idea, en un parquecito cerca del palacio de Zeus, tal como decían los folletos que había impreso el mensajero de los dioses.
Zeus y Hermes llevaban esperando desde las seis, y la paciencia brillaba por su ausencia. Al fin, a las diez menos cuarto apareció Hefesto, y veinte minutos después llegaron jadeando Ares y Poseidón, que habían recorrido a pie veinte kilómetros en diez minutos para llegar a tiempo. Los promotores del proyecto se esperaban algo más de participación por parte de los demás, y creían que habría una avalancha de gente, pero no le dieron demasiada importancia. Quedaron en partir ese lunes al alba.
Parte 2: DE VACACIONES
El lunes por la mañana estaban Zeus y Hermes organizándolo todo para el viaje, hasta que aparecieron los otros tres alrededor de las seis menos veinte. Para bajar del monte Olimpo, es necesario bajar un acantilado de alrededor de 7.000 metros de caída libre, por lo que, para la última expedición que se hizo fuera del Olimpo, idearon un gigantesco tobogán, pensado para evitar los moratones. Por desgracia, tal como dijo Hermes, aquel viaje fue un auténtico fracaso, y llevaban treinta años sin que nadie se atreviese ni siquiera a mirar el tobogán, por lo que tuvieron que llamar al cuerpo de bomberos a despejar el terreno, y llegaron a sacar más de 500 toneladas de polvo y telarañas. Por ese motivo no consiguieron llegar abajo hasta el martes bien entrada la mañana.
Imagen: el monte Olimpo, Grecia. (Imagen con licencia Wikimedia Commons)
Una vez allí, se pusieron sus disfraces de humanos y discutieron sobre cual sería su destino. Poseidón, como buen dios del agua, quería ir Gandía, a la playa (1), mientras que Hermes quería ir a la sede de Google, para instalar el correo de gmail, y Hefesto quería ir a ver el famosísimo museo-herrería de Colmenar Viejo “Yunquelandia”, porque ya se sabe que Hefesto, como buen dios de la metalurgia es muy habilidoso herrero en su tiempo libre. Al final decidieron que en una semana tenían tiempo de sobra para todo, así que echaron a suertes por donde empezar. Ganó Poseidón, y aunque todos los demás protestaron y se opusieron en rotundo, alquilaron un coche y pusieron rumbo a Gandía, con todos los demás dioses refunfuñando y diciendo entre dientes que no era justo y que Poseidón había hecho trampas.
Aun así, el dios del mar estaba radiante de felicidad y, con intención de llegar cuanto antes, fue por la carretera de Valencia a 170 kilómetros por hora. Tuvieron que pagar quinientos euros de multa, y tuvieron una pequeña discusión con el agente Hólmez, de la guardia civil:
– Pero señor agente, ¿no cree usted un poco excesivo quinientos euros de multa por ir un poquito más deprisa de lo debido? – argumentaba Poseidón – Compréndalo usted, que me dejé la nevera abierta en la casa de la playa y se me va a poner mala la carne...
– La nevera, ¿eh? – contestó el policía – Eso sí que es grave.
– ¿Qué nevera? – preguntó Zeus – No sabía que tuvieras una nevera en …
– ¡Chitón! ¡Calla! – le susurró Hefesto – ¿Quieres que nos multen?
– Sospechoso, muy sospechoso... – murmuraba el agente Hólmez – ¿Dice usted que tienen casa en la playa? ¿Y cuál es su dirección?
– La dirección... Calle Poseidón 7, Poseidonburgo – inventó Poseidón, no muy original.
– Sospechoso, muy sospechoso... – esa es la frase favorita del agente Hólmez, que siempre quiere hacer de detective – Conque sí, ¿eh? Pues a mí lo de Poseidonburgo no me suena de nada, ¿Eso dónde cae?
– Pues por ahí por el este de España, no sabría decirle – intervino Ares –. No me sé el código postal, lo siento.
– Bueno, les puedo hacer una rebajita de la multa, si quieren – concedió Hólmez – ¿Qué tal un 0%?
– Vale – dijo Zeus.
– Por mí perfecto – añadió Hefesto. Y tuvieron que pagar los 500 euros uno detrás de otro.
Una vez en Gandía, disfrutaron tranquilamente de unos helados de chocolate, que consideraron una ofrenda a Bóreas, dios del frío y del invierno. Más tarde, decidieron bañarse en el agua, mas se encontraron con un auténtico regimiento de enormes medusas. Eran gigantescas, con una cúpula (2) de dos metros de ancho y un color azulado, y unos gordos tentáculos venenosos que llegaban a alcanzar los cuatro metros de largo. Los dioses estaban aterrorizados, y salieron del agua despavoridos.
– ¡Madre mía! – exclamó Hefesto, temblando de miedo – ¡Qué feas son esas bestias de mar!
– Mira quién fue a hablar – se burló Hermes. (3)
– ¡Te vas a enterar! – Hefesto estaba rojo de ira.
– No es momento de discutir – les cortó Zeus.
– ¿Y si declarásemos la guerra a esos bichos raros con tentáculos? – propuso
Ares, como buen dios de la guerra –. Seguro que así escarmentarán.
– ¿Y cómo? – intervino Poseidón – Yo no soy partidario de la violencia en el agua.
– Tengo unos lanzallamas estupendos, y Zeus puede lanzar rayos – Ares, que hacía siglos que no se metía en ningún follón, estaba deseando lanzar bombas sin ton ni son.
– ¿No sería mejor llamar a un socorrista? – Poseidón seguía sin estar convencido – No es necesario llegar a esos extremos.
Decidieron llamar al socorrista, aunque Ares estaba todavía refunfuñando que era mucho mejor cortar el problema de raíz. Sin embargo, el socorrista no se lo quería creer.
– ¿Quieren ustedes que me crea que en el agua hay una plaga de medusas descomunales, pero que desde mi asiento en la orilla no se ve absolutamente nada? ¡No me hagan reír! – les decía.
– ¿Veis? – protestaba Ares – Lo mejor es un poco de dinamita, que no hace daño a nadie.
– Es mejor llamar a los exterminadores de plagas, creo yo – dijo Hefesto.
– Por mí vale – aceptó Zeus.
Y así lo hicieron, pero como describieron a las medusas con pelos y señales, los exterminadores de plagas creyeron que si salían en la televisión acabando con esas bestias tan monstruosas, se volverían multimillonarios. Es por eso que fue con ellos un equipo de Tele9, para grabarlo todo.
Por desgracia, todo fue un desastre. Cuando llegaron los exterminadores, entraron en pánico, y las medusas empezaron a salir del agua para pasearse por la playa. Ares intentó acabar con ellas montado en un tanque, pero eran indestructibles. Hermes quería avisar al resto de dioses para que fueran a ayudarles, pero como no tenían correo electrónico, tuvo que ir a pie. Lo único que funcionó fue la cámara de la televisión, que fue como la seda, y salieron todos en el telediario, siendo la mejor noticia del año. Huyeron de allí, y se fueron al Olimpo para no volver.
FIN
NOTAS:
(1) Gandía es un pueblo costero al este de España, en el sur de Valencia. (N. A.)
(2) La cúpula es la parte superior de las medusas, que utilizan para desplazarse. (N. A.)
(3) Según la leyenda, Hefesto era tan feo, que su madre, Hera le tiró por la ventana. (N. A.)
Autor: Enrique Mestre Burgos, alumno de 2º de ESO del I.E.S. Jorge Manrique. Fue galardonado con el accésit en el Concurso Literario 2021-22 (en la categoría 1º y 2º ESO), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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(miércoles 18 de enero de 2023)
De camino a la casa de la chica de las gafas oscuras atravesaron una gran plaza donde había grupos de ciegos escuchando los discursos de otros ciegos, a primera vista ni unos ni otros parecían ciegos, los que hablaban giraban la cara gesticulante hacia los que oían, los que oían giraban la cara atenta a los que hablaban. Se proclamaba allí el fin del mundo, la salvación penitencial, la visión del séptimo día, el advenimiento del ángel, la colisión cósmica, la extinción del sol, el espíritu de la tribu, la savia de la mandrágora, el ungüento del tigre, la virtud del signo, la disciplina del viento, el perfume de la luna, la reivindicación de la tiniebla, el poder del conjuro, la marca del calcañar, la crucifixión de la rosa, la pureza de la linfa, la sangre del gato negro, la dormición de la sombra, la revuelta de las mareas, la lógica de la antropofagia, la castración sin dolor, el tatuaje divino, la ceguera voluntaria, el pensamiento convexo, el cóncavo, el plano, el vertical, el inclinado, el concentrado, el disperso, el huido, la ablación de las cuerdas vocales, la muerte de la palabra, Aquí no hay nadie que hable de organización, dijo la mujer del médico a su marido, Quizá la organización esté en otra plaza, respondió él.
Imagen: plaza de Ceské Budejovice, República Checa. (Imagen bajo licencia Creative Commons)
Autor: José Saramago, Ensayo sobre la ceguera (Ensaio sobre a Cegueira, 1995). Texto extraído de Alfaguara, Santillana Ediciones Generales, 2003.
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(jueves 12 de enero de 2023)
Los alumnos y alumnas de Francés de 2º de Bachillerato realizaron una interesante excursión en busca de las huellas francesas en el Madrid del siglo XXI. Haz clic en la imagen para acceder al reportaje.
Autora: Rosa García Lafuente, Jefa del Departamento de Francés del I.E.S. Jorge Manrique.
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