(viernes 10 de marzo de 2023)
Hace ya muchos años, el Museo Reina Sofía hizo una exposición muy particular en el que mostraba los cuadernos del pintor mallorquín Miquel Barceló, en ellos se mezclaban sin orden aparente comentarios, ideas sobrevenidas, materiales encontrados interesantes como material para futuros cuadros, bocetos… El resultado era tan fascinante que me pareció estar a la altura de las obras de arte que los rodeaban en las salas. Tenía además el sabor de los espontáneo, lo sencillo y lo casual, era como estar en la trastienda de la obra, sabiendo que en esas páginas se estaban ya forjando obras únicas fruto de la experimentación y el trabajo sobre materiales diversos. El catálogo de la exposición decía:
“Miquel Barceló. Obra sobre papel. 1979-1999 reúne más de doscientos dibujos, cuadernos y diarios, que dan prueba del afán experimentador de Miquel Barceló (Felanitx, 1957) con materiales, técnicas y procesos. De este modo, el artista trabaja con elementos como cenizas volcánicas, algas marinas o mediante el aprovechamiento plástico y estético de los agujeros que causan las termitas en distintos papeles y cartones.”
Unos años antes, el Museo del Prado adquirió un interesante cuaderno del pintor zaragozano Francisco de Goya. Nuevamente, un tesoro de cotidianidad, con apuntes, dibujos, anotaciones sobre su vida personal… Un descanso para la memoria que se le llama en ocasiones a estos vademécum y de cuyo catálogo rescato estas palabras:
“Guarda entre sus páginas los dibujos más tempranos que se pueden atribuir a Goya en la actualidad, como algunos preparatorios para pinturas realizadas en Italia o inmediatamente posteriores a su regreso a España, que ilustran su modo de dibujar en esos años de los que no existen otros ejemplos reconocidos. Hay, además, anotaciones manuscritas, como las ciudades visitadas en Italia (p. 39a) y datos biográficos, algunos no conocidos hasta la aparición del Cuaderno. Entre estos últimos, el borrador de carta a Mengs (pp. 169r-170a), de hacia 1776, en que Goya expresaba su deseo de regresar a Roma con el pintor alemán, poco antes de que éste volviera definitivamente a Italia en enero de 1777. Aparece también la noticia del nacimiento de su primer hijo, Antonio Juan Ramón y Carlos, desconocido hasta entonces, nacido en Zaragoza el 29 de agosto de 1774.”
Siempre me interesaron los cuadernos de viaje que ya trabajaban en esta línea y que recogían el día a día de personas intrépidas que hacían de la exploración del mundo su tarea de vida. En ellos se plasmaban detalles cotidianos, hallazgos, estados de ánimo, dibujos y todo lo que apoyaba los relatos de anécdotas y reflexiones. No menos interesantes me parecían y parecen los cuadernos de campo de científicos, fascinantes por razones similares.
Así pues, no tardé mucho tiempo en incorporar este trabajo a mis clases, animada también por una práctica que en Francia está mucho más extendida que en España y que consiste en la elaboración de carnets o diarios personales.
En mi caso, me pareció interesante como método para que mis alumnos fijaran de forma natural el uso de un tiempo verbal que siempre se les resiste: le passé composé (que es el equivalente a nuestro pretérito perfecto simple y el compuesto a un tiempo) y a su alternancia con el imparfait (pretérito imperfecto del español).
¿Qué tenían (y tienen) que hacer? Algo tan sencillo como contar lo que han hecho en fines de semana, puentes o períodos vacacionales, viajes de estudio aportando pruebas de que, efectivamente, eso que cuentan lo han realizado. Y ahí está la clave, al trabajo gramatical, se une el trabajo creativo y los cuadernos se convierten en una explosión de color, de ingenio, en la que se alternan texto y dibujos, objetos… pegados junto a las frases que cuentan retazos de vida muy cotidiana o momentos extraordinarios, todo vale. Así nació la práctica de los journaux intimes que el alumnado de Francés del IES Jorge Manrique ha comenzado a elaborar desde 3º ESO. Pasar las hojas de esos journaux es un auténtico deleite en el que el componente sorpresa juega un papel importante para el que los lee y corrige (en nuestro caso).
Aquí, unos ejemplos de algunos journaux de alumnos de 3º ESO, nuestros benjamines del concurso.
El concurso: Mejor journal intime. Primera edición.
Visto lo interesante de los trabajos, hemos pensado incluso en hacer un concurso en el que premiar el mejor trabajo en cada nivel.
Se valorará la calidad gramatical del texto producido, pero también la creatividad en la composición. Será la primera edición de este concurso y promete haber muchas más, una cada curso escolar dada la calidad y la acogida que está teniendo entre el alumnado de Francés del centro.
El jurado estará compuesto por profesores de los Departamento de Francés, Plástica, Biología, miembros del Equipo Directivo y una representante de la Embajada Francesa en Madrid, encargada de los temas de Educación y Cultura. Todo un desafío de cuya fallo daremos noticias a finales del tercer trimestre.
Os invitamos a seguirnos y ver los trabajos ganadores que serán publicados en esta revista junto a sus creadores. Seguro que os gustarán y sorprenderán a partes iguales.
À bientôt!
Autora: Rosa Mª García Lafuente, Jefa del Departamento de Francés y Coordinadora del Proyecto Plurilingüe de Francés del I.E.S. Jorge Manrique.
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(jueves 9 de marzo de 2023)
Siguiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, haz clic en la siguiente imagen para acceder a este interesante artículo.
Autora: Silvia Tagarro Díaz, alumna de 2º de Bachillerato del I.E.S. Jorge Manrique en el curso 2021/22.
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(miércoles 8 de marzo de 2023)
Haz clic en la siguiente imagen para acceder a este interesante artículo sobre las Sinsombrero, con el que queremos celebrar el Día Internacional de la Mujer.
Autora: Clara Matute Molina, alumna de 1º de Bachillerato del I.E.S. Jorge Manrique.
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(jueves 2 de marzo de 2023)
Era una tarde apacible, soleada y tranquila en la Palma, de esas tardes dónde ya el sol de septiembre no calienta mucho porque está despidiéndose del verano.
Isla de La Palma. (Imagen con licencia Wikimedia Commons)
Ese domingo, 19 de septiembre, lo único que rompió la calma de los palmeros fue cuando la vieja Moira, que vive en la falda del volcán Cumbrevieja, se la vio merodeando por Todoque.
La vieja Moira se había dedicado al encaje de bolillos desde toda la vida y cuentan que, desde siempre también, tuvo una sensibilidad especial para adivinar el destino, pero que no lo adornaba.
Hace ya mucho tiempo, un hombre instruido en letras, al que le anunció un mal destino, la apodó como la Moira, por eso de lo de tejer y porque así se conocía al destino en la mitología griega.
Las tres Moiras. Relieve. Alte Nationalgalerie de Berlín. (Imagen con licencia Wikimedia Commons)
Cuentan que este hombre que había llegado a la isla en busca de información sobre el volcán e inspiración para el libro que estaba escribiendo, se encontró con la vieja subiendo la ladera del volcán y a cambio de unas monedas dijo que le podía adivinar su futuro, como hombre de ciencia escéptico, le pidió una prueba que hiciera verídico su oficio.
Y la vieja, para que creyera, primero le dijo el día que vio la luz, como la Moira hilandera, que hilaba la hebra de la vida. Después le recordó su pasado y lo que habría de pasarle, le echó la suerte, como la Moira que medía con su vara la longitud del hilo de la vida. Y no contenta con esto, le dijo el día que se iría y cómo se iría, como la Moira que para la rueca y corta el hilo de la vida.
Como las Moiras, aquella vieja provocaba temor y cuentan que aquel hombre, de ese encuentro, nunca se recuperó.
Desde entonces, la vieja Moira siempre traía mal fario y no gustaba verla por el barrio de Todoque.
El reloj de la Iglesia de San Pío X, daban las tres de la tarde cuando el Cumbrevieja se despertó.
El Cumbrevieja volvía de nuevo, como primera deidad del Olimpo de los dioses y, desde su trono, en el monte sagrado contempla a los humanos con ojos de águila.
Como dios de la Justicia, cansado por el poco respeto de los hombres al Universo, ha mandado llamar a Hefesto, dios herrero, para que escupa su fuego y así los hombres sepan que nunca llegarán a superar el poder de los dioses, por mucho progreso que sean capaces de alcanzar, porque la fuerza de la naturaleza será siempre superior a ellos. Y el dios del Olimpo castigará con su fuerza, si no se cuida la Tierra.
Hefesto. (Imagen con licencia Wikimedia Commons)
El Cumbrevieja, el dios del Olimpo seguirá escupiendo su fuego quién sabe cada cuánto, por evolución de ciclos, cada cientos de años o cuando los dioses dejen de estar enfadados.
Y, mientras tanto, los palmeros buscan con “ojo avizor” a la vieja Moira que ha desaparecido como si Hades la hubiera arrastrado con él al inframundo del Cumbrevieja.
Realidad o mito, el Cumbrevieja, aunque dormido, sigue vivo.
Erupción volcánica en La Palma, 2021. (Imagen con licencia Wikimedia Commons)
Autora: Raquel Shaopan Ortiz Langa, alumna de 2º de Bachillerato del I.E.S. Jorge Manrique. Fue galardonada con el primer premio en el Concurso Literario 2021-22 (en la categoría de Bachillerato), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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