(jueves 17 de junio de 2021)
Sí aquí estoy, solo. Bueno no del todo, el viejo Pulgas me acompaña siempre. Me llamo Loki. Me quedé solo el 6 de abril del año 2080, cuando el resto de los humanos buscaron otros planetas para vivir, porque el viejo planeta Tierra ya no era un lugar habitable, ni seguro para lo humanos.
Si has encontrado este diario es porque habéis decidido volver. Espero que esta vez los humanos hayamos aprendido a cuidar y valorar nuestro precioso planeta. No recuerdo muy bien los motivos por los que empecé a escribir, quizá por seguir hablando el idioma de los humanos, aunque fuese conmigo mismo, ya que Pulgas es un fiel compañero, pero no da mucha conversación. Aunque creo que, en el fondo, siempre he albergado la esperanza de que los humanos volvieseis, y quería ayudaros con este diario a comprender por qué os fuisteis y qué cosas quedan en este planeta que hacen que valga la pena cuidarlo y llenarlo de vida de nuevo.
Querido lector, no sé en qué año estarás, ni si allá de donde vienes te están esperando tu familia o amigos. Si es así, por favor transmíteles la información, la buena y la no tan buena, que en este diario encontrarás para ayudar a que no se repitan los errores del pasado.
Día 1... Hace muchos años en el planeta Tierra la gente se empezó a ir porque cada vez había más contaminación y en todos los medios de comunicación, recomendaban salir del planeta cuanto antes. Cuando yo escuché esto pensaba que la gente no haría caso, y así fue al principio, pero a medida que iban pasando los años la gente se lo tomaba más en serio, ya que no paraban de repetirlo por las noticias y en el otro planeta tenías más esperanza de vida. A mí no me apetecía salir del planeta porque en el otro planeta no aceptaban mascotas y yo tengo a Pulgas, entonces me quedé en la Tierra viendo cómo la gente se iba hasta que me quede solo.
Al principio se me hacía muy raro, pero luego me fui acostumbrando. Me dediqué a ocuparme de las mascotas que quedaban en el planeta y a cultivar vegetales para poder comer.
Día 2... Un buen día cayó un sobre delante de mí, yo lo abrí para ver que contenía y me quedé perplejo, los humanos querían volver a la tierra y aprender de sus errores. Entonces yo decidí escribirles otra carta, diciendo que para volver solo necesitaban encontrar el planeta Tierra y quitar los montones de basura y arreglar los desperfectos que habíamos causado. Como sabía que era imposible porque el planeta al que habían ido ellos estaba a 200 galaxias del mío, pensé que, si construía una máquina hecha de chatarra capaz de recoger y quemar la basura, por lo menos tendría un planeta más limpio. Esa misma tarde ya estaba construyendo esa máquina, bueno mejor dicho diseñándola. Yo sabía que había algunos materiales que no estaban en mi país, EE. UU. Así que pensé donde podría encontrar los demás materiales y decidí que el primer lugar al que tenía que viajar era España. Me prepare para el viaje tan largo que me esperaba.
Día 3... Pulgas llevaba unos días raro y yo no entendía lo que pasaba. Esta mañana lo he encontrado tirado en una puerta de coche sucia. Y me he asustado al ver que tenía una herida en la pata derecha. Se la he curado con agua del pantano, pero estoy muy preocupado. He empezado a buscar materiales para construir la máquina, cuando me ha llegado una nota enfrascada de los humanos, la cual decía que en 5 años llegan al planeta. En la carta también ponía que les gustaría seguir en contacto conmigo. En este tiempo he desarrollado muchas aficiones nuevas, pero ya me estoy haciendo mayor y no sé si podré aguantar cinco años más.
Día 4... Por la mañana, he ido a ver como estaba Pulgas. Estaba igual de raro que ayer y la herida no se había curado. Hoy también he empezado a construir la primera parte de la máquina. Cuando termine esta primera parte, tendré que viajar a España para empezar a construir la segunda, con los materiales que no están disponibles en EE. UU. Por la tarde decidí ir a casa de mis padres. Mis padres murieron debido a la contaminación ya que eran muy viejos. Paseé por la casa recordando mi infancia y luego decidí bajar al sótano. En el sótano, me encontré con un rifle que mi padre utilizaba para cazar y unos cuantos perdigones. Me lo llevé por si lo tuviese que utilizar en un futuro. Después volví a la base y continué trabajando en la máquina hasta que decidí irme a dormir. No recibí ninguna carta de los humanos.
(Continuará)
Cuento colaborativo elaborado en Valores Éticos por el grupo 2º ESO CE.
Autores: Maru Castellanos, Lucía Rodríguez, Miguel Roldán, Elena Ruíz, Diego Sánchez, Sergio López, Eva Sileshi, Claudia Torralbas, Aitana Tortosa, Carlos Yubero, Verónica Bruña, Sandra Loeches, Sofía Lago, Idaira Vega, Jorge Morena, Eduardo Pericás y Carla Rodríguez.
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(martes 15 de junio de 2021)
De filosofía recordar puedo
Libre equivales a poder elegir
Un pequeño ejemplo os voy a escribir
Así más a gusto me quedo
Solo de pensarlo sin voz me quedo
Palabras torpes pudieron salir
Amantes que murieron al decir
Dos te quiero valerosos sin miedo
Eligieron arriesgar y perder
En batalla murieron abatidos
Merecedores de ser conocidos
Ellos que libres decidieron ser
Los que al temor consiguieron vencer
Merecedores de ser conocidos
Ellos que libre decidieron ser
Héroes enemigos de cupidos
Autora: Ana Belén Hornero Romera, alumna de 2º de Bachillerato del I.E.S. Jorge Manrique.. Ha obtenido el accésit en el Concurso Literario 2020-21 (en la categoría de Bachillerato), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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(jueves 10 de junio de 2021)
Cadena perpetua, viento y eternidad.
Mentiras que atrapan y se cuelan en lo que eres.
Ahogo, aquel día de fuerte tempestad
Fuego e ira que todo queman.
Alas, plumas y vuelo por el azul inmenso se escapan
Cambio, ruido y silencio dispersos por el mundo
Miradas de dos jóvenes que se ven por lo que son y no por lo que los demás ven.
Promesas incumplidas que acaban por separar tu alma y la mía.
Trampas que llenan el mundo, porque somos nosotros quienes entre un millón de oportunidades escogemos siempre la misma, la que alienta nuestro dolor.
Dolor en forma de herida sellada que llevamos siempre con nosotros.
Que, acariciada con el amor más profundo, olvida lo que un día tanto dolió.
Y que atormentada, llena de ácido todo lo que un día tanto costó curar.
Envidia, que nos corroe desde nuestro palacio de oro del que a veces nos sentimos dueños.
Sueños, por ser y lograr aquello que tanto quieren para nosotros aquellos que por querernos tanto no nos quieren como somos.
Recuerdos que nos atan a lo que fuimos y nunca más volveremos a ser.
Intentamos atraparlo, pero no nos damos cuenta de que de lo que antes era todo ya no es nada.
Porque una venda de un millón de manos no nos deja ver más allá de lo que tenemos delante.
Y entonces,
Equivocarse y volver a intentarlo.
Tener y querer la posibilidad de ser y amar mejor.
Recorrer cada tramo de piel de nuestro único templo.
Y cubrir de hiedra y flores todo aquello que antes era una cárcel. De las flores más bonitas del mundo.
Y pintar de luz cada lugar donde antes solo había polvo y soledad.
Y cuando te das cuenta y miras hacia el cielo una última vez, por fin entiendes que todo el camino era tuyo, que las plantas no se secan si las riegas y que el aliento te lo das tú misma sin ayuda de nadie.
Aprendes que volar es gratis y nadie te puede cortar las alas.
Y que esas dulces lágrimas que caen por tu mejilla son las más necesarias para liberarte de todo aquello que te destruye por dentro.
Y que romper las cadenas que cuando eras una niña te pusieron te hace la persona más valiente del mundo.
Autora: Irene Pulido, alumna de 2º de Bachillerato del I.E.S. Jorge Manrique.. Ha obtenido el primer premio en el Concurso Literario 2020-21 (en la categoría de Bachillerato), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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(miércoles 9 de junio de 2021)
Soy preso de mi propia oscuridad; aunque quiera, jamás podré salir de ella.
Me atormenta, me persigue, jamás desaparece. No piensa irse, no sé que hacer con ella. Mi paciencia se agota mientras espero que algún día me despierte y no tenga que verla nunca más. Desearía cerrar los ojos, contar hasta tres y que desapareciera.
Soy consciente de que no puedo ver, pero en mi sueño veo, o eso creo. La oscuridad pasa a un segundo plano y ya no me atormenta. Puedo imaginar todas las cosas que nunca he visto y nunca podré ver. La luz domina mis sueños y la oscuridad sólo la acompaña dejando de ser aterradora. Por una vez, me siento completamente diferente, dejo de luchar contra la oscuridad y la luz me hace libre, soñar me hace libre.
Cuando me despierto, vuelvo a estar solo en un mundo repleto de oscuridad; la eterna oscuridad que nunca se va a ir. Todo vuelve a la normalidad. Todo vuelve a ser oscuro y vuelvo a sentirme enjaulado. Vuelvo a sentirme triste porque se que nunca voy a curarme, nunca voy a poder ver. No quiero derrumbarme, pero puede que ya sea demasiado tarde.
Jamás sabré que aspecto tiene el mundo. Nunca sabré como es una sonrisa. No podré admirar una obra de arte en un museo, ni una bonita ciudad. No voy a ver a una pareja darse un beso en la estación. Nunca veré la cara de una persona. Y por supuesto, jamás entenderé lo que es un color. Nunca podré leer un libro que no esté escrito en braille, no podré ver una película y entenderla completamente.
Sueño, veo y dejo de sentirme solo, dejo de atormentarme. Mis sentimientos se multiplican, y por una vez, comienzan a ser positivos. El mundo es precioso, o por lo menos es así como me lo imagino. No quiero dejar de sentirlo, no quiero despertarme. Quiero soñar para siempre. No quiero que llegue el día de mañana si no voy a poder soñar. No quiero seguir viviendo mi monótona vida si no voy a ser capaz de ver un solo destello de luz.
No quiero vivir rodeado de oscuridad.
No quiero sentirme solo.
No quiero llorar.
No quiero ser preso.
Sólo quiero soñar.
Quiero ser libre.
Y por primera vez en toda mi vida, me planteo como mi mejor opción vivir en un sueño eterno.
Autora: Erika Jerónimo Menéndez, alumna de 3º de ESO del I.E.S. Jorge Manrique.. Ha obtenido el accésit en el Concurso Literario 2020-21 (en la categoría 3º y 4º ESO), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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