(viernes 14 de febrero de 2020)
El pasado 3 de febrero falleció George Steiner, profesor y filósofo, especialista en literatura comparada y teoría de la traducción, partidario del estudio y la defensa del pasado y su cultura como mejor manera de reflexionar e intentar comprender el presente, defensor de la literatura y de las grandes obras de arte como alternativa a las grandes atrocidades ocurridas en el siglo XX. Nos ha dejado una treintena de libros y una cantidad innumerable de temas abiertos a debate sobre el humanismo, la literatura comparada, el capitalismo, el multilingüismo, la relación entre cultura y democracia, el significado de la ciencia y la razón, del ateísmo y la religión.
Nació el 23 de abril de 1929 en la pequeña ciudad francesa Neuilly-sur-Seine, del área metropolitana de París (actualmente con 60 000 habitantes) situada en la margen derecha del río Sena. Uno de los médicos que atendió su nacimiento viajó después a Estados Unidos para asesinar a un senador, detalle que junto a otros más o menos macabros, marcaría sus primeros recuerdos. Su madre, vienesa “hasta la punta de los dedos”, y su padre, un judío de orígenes modestos que tenía a su cargo importantes funciones jurídicas en la banca de Viena, habían abandonado Austria en 1924, ahuyentados por el fantasma del antisemitismo.
En su familia convivían varios “idiomas maternos”,
Mi madre, que era profundamente vienesa, tenía la costumbre de empezar una frase en una lengua y terminarla en otra. (Errata, 1997, capítulo 7, pág 108).
Particularmente convivían el alemán, el francés y el inglés (precisamente los tres idiomas que, junto al español, se incluyen y se defienden en el proyecto educativo de nuestro Centro). Siendo “trilingüe perfecto” en estas tres lenguas, él mismo reconocía:
No tengo memoria de una primera lengua o una lengua materna. Todo intento posterior por extraerla de mí, las pruebas psicológicas, la hipótesis de que la lengua en la que le gritaba a mi mujer cuando teníamos un contratiempo con el coche tenía que ser la base lingüística, han resultado inútiles (incluso en momentos de pánico o de fuerte impresión, la lengua que se usa es contextual, es la lengua local o la lengua de quien nos acompaña). Tanto en el día a día como en la aritmética mental, en la lectura comprensiva o el dictado, el francés, el alemán y el inglés han sido para mí igualmente “nativas”. De manera casi inevitable, sueño en la lengua en que he estado hablando o que he oído principalmente durante el día. (Errata, 1997, capítulo 7, pág 108).
Steiner defendía el multilingüismo como “única patria posible”. En estos días en los que está de moda hablar del bilingüismo en el sistema educativo, para ensalzarlo y, al mismo tiempo denostarlo, viene bien reflexionar recordando su opinión al respecto:
Cada lenguaje humano traza un mapa del mundo de diferente manera. Cada lengua -y no hay lenguas menores o insignificantes- funda un conjunto de mundos posibles y geografías de la memoria. Cuando un idioma muere, con él muere un mundo posible. (Después de Babel, 1975)
Steiner empezó a estudiar en un liceo de París y, posteriormente, en el Liceo Francés de Nueva York, ciudad a la que se trasladó su familia e 1940 huyendo del nazismo.
En 1952 trabajó en Londres en la redacción de The Economist. Regresó a Estados Unidos en 1956, ingresando en el Institute for Advanced Study de la Universidad de Princeton, donde impartió conferencias. En 1958 obtuvo el puesto de Profesor Fullbright en Innsbruck y en 1961 fue Profesor Fundador del Churchill College de Cambridge. En 1974, tras varios años como escritor independiente y conferenciante, aceptó el puesto de profesor de Literatura Inglesa y Literatura Comparada en la Universidad de Ginebra, en la que estuvo hasta 1994 en que se convirtió en Profesor Emérito al jubilarse. Fue nombrado Weidenfeld Professor de Literatura Comparada y profesor del St. Anne´s College de Oxford, y Norton Professor de Poesía en Harvard. Desde 1984 es Caballero de la Legión de Honor de Francia y en 2001 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.
Sus posicionamientos en política fueron controvertidos. Por su origen judío, postulaba el “nomadismo” como el mejor modus vivendi, una “diáspora” natural que hiciera de contrapeso la existencia del estado de Israel. Y, al mismo tiempo, aceptaba la existencia del estado de Israel como un “último refugio” en el planeta, si surgieran nuevos brotes de antisemitismo y exterminio.
Fue defensor del aborto y de la eutanasia, y mantuvo una postura crítica con el sistema socioeconómico. En un diálogo radiofónico con el periodista Antoine Spire en 1997, manifestó:
Los medios de masa, el mercado totalmente libre que domina nuestra tierra (jamás el dinero aulló como hoy por todo el planeta), la estructura de un trasnochado capitalismo planetario tecnocrático no es la más adecuada, en mi opinión, para la comunicación de valores filosóficos, estéticos o, al menos, del pasado.
En este mismo programa radiofónico analizó los agónicos acontecimientos del atroz siglo XX: las dos guerras mundiales, los totalitarismos, los gulags, los campos de concentración nazis. Este análisis lo realiza bajo un denominador común, una cultura, la europea, que antes de 1914 ofrecía una visión optimista de progreso y paz gracias al optimismo de la razón que nos habían legado los grandes de la Ilustración desde los siglos precedentes. Pero los logros y los sueños de los ilustrados no pudieron evitar la eclosión de la barbarie hasta unos límites jamás vividos por la humanidad.
Fervoroso defensor de la letra impresa, reconocía su ignorancia tecnológica:
Estamos rodeados de aparatos sobre los que no comprendemos nada. El Kindle, el iPod, Twitter. Sé de su existencia gracias a mis nietos, que son virtuosos de esas artes mágicas. Todo esto está basado en el sistema anglo-americano: economía de palabra y economía de sintáxis. (Un largo sábado. Conversaciones con Laure Adler, 2016).
Afirmaba que la humanidad tuvo tres promesas mesiánicas: la del monoteísmo judío, la del cristianismo… y la de Marx y Trotsky. En las conversaciones con Laure Adler antes mencionada manifestó:
La derrota del marxismo también ha supuesto una gran derrota humana. En los manuscritos de 1844, Marx escribió: “Llegará el día en que no se dé dinero a cambio de dinero, sino amor a cambio de amor, y justicia a cambio de justicia”. Es el gran programa mesiánico.
Otras de sus frases para la reflexión (según el escritor Félix de Azúa, en la versión impresa del diario El País del 04/09/2009):
Al criminal hay que entenderle y castigarle sin ánimo de venganza. Pero a quien no se puede perdonar es al tullido moral que defiende o "comprende" a los criminales.
Francis George Steiner (aunque no volvió a usar su primer nombre desde la época de estudiante) murió el pasado 3 de febrero, a los 90 años de edad, en Cambridge (Reino Unido). Habría cumplido 91 años el próximo 23 de abril, Día del Libro, en el que se cumplirá un año del nacimiento de esta revista, desde la que hemos pretendido hacerle un humilde homenaje. Tentados estamos de terminar diciendo, parafraseándolo, que con su fallecimiento “muere un mundo posible”, pero pensándolo mejor, diremos que nos entristece su muerte, y que, gracias a su legado y a su aportación al pensamiento universal, quedan abiertos…. muchos mundos posibles.
Invitación a algunas de sus obras.
1. Tolstoi y Dostoievski, (1960). Su ópera prima. A través de una rigurosa investigación de los dos grandes escritores de la novela rusas, Steiner analiza, con gran sabiduría crítica, dos tradiciones literarias seculares: la de la épica, que abarca un largo recorrido vital desde Homero hasta Tolstoi, y la de la visión trágica del mundo, cuya continuidad se desarrolla desde Edipo Rey hasta El rey Lear y Los hermanos Karamazov. Dos visiones opuestas de Dios y del mundo sirven a Steiner para ir esclareciendo toda la evolución de la novela europea y norteamericana, a través de sus figuras más relevantes.
2. La muerte de la tragedia, (1961). Examina las razones por las cuales la tragedia, esa forma por excelencia de la cultura occidental (Ni Oriente ni el judaísmo han producido tragedias, afirma Steiner), había desaparecido en el mundo contemporáneo. Se trata de uno de los mayores estudios de literatura comparada del siglo XX.
3. Lenguaje y silencio, (1967). Con esta obra da forma al pensamiento de toda una generación con una tesis bien sencilla: la pérdida de valor de la palabra es inseparable de la barbarie en que se halló inmerso Occidente entre 1914 y 1945.
4. Extraterritorial, (1972). Colección de ensayos, uno de ellos en polémica con Noam Chomsky.
5. En el castillo de Barbazul, (1974). Propone un desafío al pesimismo cultural de Thomas Stearns Eliot.
6. Después de Babel, (1975). Estudio erudito y agudo de las artes de la traducción, pero también una defensa apasionada de la variedad lingüística por parte de un hombre que creció hablando en tres idiomas y leyendo en cinco.
7. El traslado de A.H. a San Cristobal, (1981). Novela en la que “cazadores de nazis” encuentra a A.H. (Adolf Hitler), varias décadas después, solo y oculto en la selva amazónica.
8. Antígona, (1984). El conflicto entre Antígona y Creonte representa un dilema eterno en toda sociedad: la obligación de la sangre irremediablemente opuesta a la ley de Estado. Steiner reconstruye el proceso de transmisión del mito de Antígona en todas sus formas de expresión, no sólo en el teatro, la ópera o el ballet, sino también en la reflexión filosófica, antropológica y política.
9. Presencias reales, (1988). Sostiene que las palabras y los signos que las componen están imbuidos de intuiciones filosóficas, históricas y religiosas. Analiza también el deconstructivismo de Derrida.
10. Pasión intacta, (1996). Steiner nos adentra, con su reconocida erudición y su incontenible instinto narrativo, no exentos de cierto tono intempestivo, irónico y retador, en temas tan jugosos y variados como las peculiaridades de la cultura americana, la historicidad de los sueños, la interpretación que Wittgenstein hiciera de Shakespeare, así como diferentes visiones sobre el enigma de la revelación del lenguaje.
11. Errata. El examen de una vida, (Ediciones Siruela, 1997). Analiza el genio de Homero, Shakesperare o Racine, la traducción y el multilingüismo, la función de los maestros que han inspirado su vida profesional o la relación entre cultura y democracia. Es el libro más personal de Steiner, constituye un análisis iluminador y fascinante de su propia vida y de su amor por la literatura y la música.
12. La barbarie de la ignorancia. (Diálogo radiofónico con Antoine Spire). (Taller de Mario Muchnik, Madrid, 1999). Son once capítulos breves y de estilo coloquial donde Antoine Spire, uno de los mejores periodistas culturales de finales de siglo, no se corta un pelo en preguntar con incisivo descaro a un Steiner que da en todo momento la muestra de su talento, su portentosa cultura y su legendaria contundencia y a veces mal genio (hay un momento durante las entrevistas en que le espeta a Spire que le deje hablar o da por terminada la sesión). ¿Con qué derecho puede uno obligar a un ser humano a alzar el listón de sus gozos y sus gustos? Yo sostengo que ser profesor es arrogarse este derecho.
13. Gramáticas de la creación, (2001). Libro de gran elegancia sin dejar de ser incisivo. Una élite es simplemente el grupo que sabe, que dice que ciertas cosas son mejores, más dignas de ser sabidas y apreciadas que otras. Steiner encarna como nadie ese ideal.
14. Los logócratas, (2003). Steiner expone su concepción del arte, su visión “logocrática” del lenguaje (El hombre no es el dueño del lenguaje, sino su servidor), su relación con el libro y las “religiones del libro”, entre otras perspectivas y lecturas culturales.
15. Lecciones de los Maestros, (2003). El intenso encuentro personal entre maestro y discípulo es lo que interesa a Steiner en este libro, una reflexión acerca de la infinita complejidad y la sutil interacción de poder, confianza y pasión en los géneros más profundos de pedagogía. Basado en las Conferencias Norton sobre el arte y las tradiciones de la enseñanza, Lecciones de los Maestros evoca a muchos personajes ejemplares: Sócrates y Platón, Jesús y sus discípulos, Virgilio y Dante, Brahe y Kepler, Husserl y Heidegger, entre otros.
16. Nostalgia del absoluto, (2004). Los textos recogidos en esta obra nacen de una reflexión a raíz de un ciclo de cinco conferencias emitidas por la radio canadiense en otoño de 1974, sobre el vacío moral y emocional que ha dejado en la cultura occidental la decadencia de los sistemas religiosos institucionales.
17. La idea de Europa, (2005). Europa tiene cinco señas de identidad. Tres de ellas son simpáticas y encantadoras, la cuarta es severamente trascendente y la última moverá, según los casos, al arrebato, a la melancolía o al estremecimiento.
18. Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento, (2005). El pensamiento humano reflexiona sobre nuestra propia existencia.
19. Los libros que nunca he escrito, (2008). En esta obra, extremadamente audaz y original, Steiner habla de siete libros que no escribió. Porque las intimidades y las indiscreciones eran demasiadas. Porque el tema acarreaba excesivo sufrimiento.
Enlaces a algunas entrevistas en medios de comunicación.
Autor: Francisco J. Castillo Sánchez-Beato. Profesor de Física y Matemáticas, y Director del IES Jorge Manrique.
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(viernes 7 de febrero de 2020)
En Etiopía, más de 14 millones de personas están expuestas a sufrir fluorosis, una enfermedad ósea causada por el consumo de agua con ión fluoruro, un contaminante de origen geológico presente en las aguas subterráneas que pasan por zonas con rocas volcánicas. Ahora, un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad de Adís Abeba ha desarrollado una tecnología que permite extraer el fluoruro del agua de consumo humano.
Esta nueva tecnología se basa en las zeolitas, un mineral abundante en la zona del valle del Rift, que permite filtrar el fluoruro. Las zeolitas naturales tienen un origen volcánico y poseen una estructura microporosa que puede atrapar una amplia variedad de elementos, como sodio, potasio y magnesio. Esta capacidad permite que las zeolitas se puedan aplicar en el tratamiento de aguas residuales, la extracción de amoníaco, el control de olores, la extracción de metales pesados de residuos nucleares, mineros e industriales, en el acondicionamiento de los suelos para usos agrícolas e incluso como alimento para animales. Tras una modificación química haciendo uso de nanotecnología, el equipo del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC formado por Luis Gómez-Hortigüela, Joaquín Pérez Pariente e Isabel Díaz, ha desarrollo un eficiente adsorbente de fluoruro basado en zeolita natural. La patente que protege la tecnología ha sido transferida con éxito a la empresa canaria Tagua SL., que ha puesto en marcha la fabricación a escala comercial del filtro basado en zeolitas.
Imágenes 1 y 2. Zeolita natural en forma de mineral y tras su granulado y modificación para adsorber fluoruro. (Foto: Isabel Díaz y César Hernández)
El flúor es un elemento abundante en la corteza terrestre, presentándose en suelos en el rango de 100 a 1000mg/kg. Las fuentes de ión fluoruro para el organismo son los alimentos que lo contienen como la harina, la leche, la sal de cocina, los mariscos o el té (entre 0,01 y 10 ppm, 1 ppm equivale a 1 mg/L o a 1 mg/kg), pero es el agua de consumo la que aporta alrededor del 80%. Además de las fuentes naturales, el flúor puede añadirse a ciertos productos de consumo diario. El flúor (aunque en realidad es fluoruro) se incorpora a los dentífricos y al agua de consumo, en muchos países de manera rutinaria, ya que, aparentemente, bajas concentraciones de este elemento pueden ser beneficiosas para la salud bucal. Sin embargo, la ingestión continuada de fluoruro provoca la enfermedad conocida como la fluorosis, que afecta al desarrollo normal de dientes y huesos, cuya manifestación más leve es la fluorosis dental, pero que generalmente acaba afectando en mayor o menor medida a todo el sistema óseo (fluorosis esquelética), en el que provoca graves malformaciones, a menudo acompañadas de alteraciones en otros órganos vitales del cuerpo humano Esta enfermedad es endémica en al menos 25 países. Por este motivo, la Organización Mundial de la Salud ha establecido un límite máximo de 1,5 ppm en la concentración de fluoruro en el agua destinada al consumo humano. Sin embargo, ese límite es ampliamente sobrepasado en la mayoría de las regiones afectadas de todo el mundo, calculándose que entre 300 y 450 millones de personas están expuestas a padecer fluorosis.
Imágenes 3 y 4. Niños con Fluorosis dental y esqueletal. (Foto: Isabel Díaz)
La colaboración del CSIC con la ONG Amigos de Silva ha posibilitado el desarrollo de dos plantas potabilizadoras con zeolitas, inauguradas el pasado 23 de noviembre, con presencia de una delegación del CSIC, en las localidades de Dida y Obe, situadas a unos 25 km de Ziway, en el valle del Rift central, a 160 km al sur de Adís Abeba en Etiopía.
Imagen 5. Planta potabilizadora de fluoruro usando zeolita modificada en Dida, Etiopía. (Foto: Isabel Díaz)
Con el desarrollo de esta tecnología se muestra el firme alineamiento de la investigación del CSIC con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas, y en este caso muy especialmente con el objetivo 6, denominado Agua limpia y saneamiento.
Imagen 6. La fluorosis afecta especialmente a los niños puesto que sus dientes definitivos están en formación. (Foto: César Hernández)
Los Objetivos de desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) son ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000 por los 189 países miembros de las Naciones Unidas, que acordaron conseguir para el año 2015 ante las desigualdades que siguen permaneciendo en el planeta. Estos objetivos trataban problemas de la vida cotidiana que se consideran graves y que habría que resolver con urgencia. Todos ellos se relacionan de una forma u otra con el agua y, el Objetivo 7 “Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente” hacía referencia algo más directamente a la escasez de ese elemento. En el informe de 2007 la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicaba que 1.100 millones de personas no disponían de acceso a agua potable. Entonces se estimaba que 1,8 millones de personas fallecían anualmente a causa de diarreas provocadas por el consumo de agua en mal estado. En 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al abastecimiento de agua y al saneamiento dentro del ODM7 incluyendo este objetivo específico: “Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento”. Así, en 2015, el 91% de la población mundial tenía acceso a una fuente mejorada de abastecimiento de agua potable, en comparación con el 76% en 1990. Sin embargo, el agua contaminada seguía transmitiendo enfermedades como el cólera, la disentería, la fiebre tifoidea y la poliomielitis. Se calcula que la contaminación del agua potable aún provoca más de medio millón de muertes por diarrea al año. Tres de cada diez personas en el mundo, que equivale a 2.100 millones, carecen de acceso a agua potable en el hogar, además de que seis de cada diez, o 4.500 millones, no poseen servicios de sanidad adecuados. En los países de ingresos bajos y medios, el 38% de los centros sanitarios carecen de fuentes de agua, el 19% de saneamiento mejorado, y el 35% de agua y jabón para lavarse las manos.
En 2015, los progresos realizados en los ODM fueron revisados y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible en la que elaboraron nuevamente 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate contra el cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades. En este nuevo contexto, el agua y su saneamiento ya constituye un epígrafe independiente, el Objetivo 6: “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. El cambio climático, el aumento de la escasez de agua, el crecimiento de la población, los cambios demográficos y la urbanización suponen ya desafíos reales para los sistemas de abastecimiento de agua. De aquí a 2025, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua, más de 3.000 millones de personas se verán afectadas por una crisis de agua. En este contexto, la reutilización de las aguas residuales para recuperar agua, nutrientes o energía se está convirtiendo en una estrategia importante. Se están utilizando cada vez más las aguas residuales para regar, que en los países en desarrollo supone el 7% del total de las tierras de regadío. Más específicamente, el objetivo 6.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas establece como meta: “Mejorar la calidad del agua, reducir la contaminación, eliminar los vertidos y minimizar la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales no tratadas y aumentar sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura del agua”.
Dentro de los contaminantes químicos que afectan de forma natural a las aguas subterráneas, los principales son el arsénico y el fluoruro, que debido a su procedencia geológica se conocen como contaminantes geogénicos.
Autora: Isabel Díaz. Investigadora del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC situado en el Campus de la UAM.
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(miércoles 29 de enero de 2020)
El lenguaje es nuestra mayor herramienta comunicativa, aquella que nos distingue de otras especies y que nos permite relacionarnos con el mundo. Resulta increíble que una herramienta tan poderosa como el habla se adquiera con la rapidez y facilidad que lo hacemos los humanos cuando somos niños: en muy pocos años de vida llegamos a dominar algo que, si se analiza, es realmente complejo. Todos los humanos necesitamos bastante tiempo para aprender algunas disciplinas como las matemáticas, la física o la música, por ejemplo (si es que llegamos a dominarlas en algún momento) y, sin embargo, con el lenguaje no se da esta situación. Un código de origen incierto, que requiere de densas gramáticas para explicarse y que nos diferencia tanto como especie, llega a ser utilizado casi a la perfección por un niño de cuatro años. Es por eso que el lenguaje ha sido desde principios del siglo XX objeto de estudio por parte de psicólogos fascinados por el lenguaje y sus funciones.
El lenguaje tiene un papel fundamental que cumplir en nuestra relación con el mundo: lo usamos para comunicarnos con los demás. Sin embargo, desde el punto de vista de la psicología, el lenguaje cumple no solo funciones de interactuación con otros (función interpersonal), sino también funciones de representación o conocimiento de la realidad (lo que normalmente conocemos como “pensamiento”), por lo tanto se puede decir que el lenguaje sirve para pensar (función intrapersonal).
El lenguaje de signos que utilizamos para relacionarnos con otros también es utilizado para relacionarnos con nosotros mismos. Cuando hablamos con nosotros mismos no hacemos otra cosa que regular nuestra conducta y/o estados mentales. Pensamos en algo que vamos a hacer (“voy a coger el tren en vez del autobús”), en algo que estamos haciendo (“esta película no me gusta”) y también lo usamos para analizar situaciones pasadas (“la próxima vez que me insulte le diré que…”). ¿Qué relación hay, entonces, entre lenguaje y pensamiento? El lenguaje nos permitir obtener un conocimiento de la realidad y, a su vez, organizar ese conocimiento. De esta manera, es muy frecuente vincular nuestro conocimiento de la realidad con nuestro conocimiento del lenguaje: la mayor parte de la realidad la conocemos porque hemos hablado, leído o escuchado.
Sin embargo, la función del lenguaje vista desde la psicología va más allá que una relación con el pensamiento. Las ideas que generamos tienen que ver normalmente con nuestra conducta: los pensamientos determinan que hagamos unas cosas y no otras y esto tiene consecuencias directas en nuestra conducta. Es más, el lenguaje es también la herramienta para modificar la conducta de aquellos con los que interactuamos: nuestros intercambios comunicativos con otros persiguen la provocación de consecuencias, ya sean físicas (“¿Puedes pasarme el agua?”), en estado de conocimiento (“Ayer leí una noticia increíble en el periódico”) o en su estado de opinión (“María se ha portado fatal hoy”). De modo que el lenguaje nunca es neutro, siempre va a suponer una modificación de estados mentales de los demás (lo que piensan, creen, sienten, etc.) y por ello todo mensaje lingüístico es, esencialmente, persuasivo: el estado de una persona no siempre es el mismo después de recibir un mensaje del otro interlocutor. Así pues, el lenguaje (tanto el verbal como el no verbal) podría verse como una transacción social que nos sirve para infinidad de cosas: persuadir, vender, amar, odiar, convencer… cada vez que utilizamos el lenguaje para interactuar con otros estamos realizando una transacción de argumentos, emociones, ideas o pensamientos.
Es evidente que no deberíamos subestimar el poder del lenguaje, tanto en su función intrapersonal como la interpersonal. Es importante tener en cuenta que el lenguaje es, seguramente, una de nuestras herramientas más poderosas y la que hace que nos relacionemos con el mundo y, por lo tanto, deberíamos ser especialmente cuidadosos con su utilización y darle siempre al lenguaje la importancia que merece. Quizás deberíamos reflexionar por un momento cuál es nuestra manera de relacionarnos con los demás a través de esta poderosa herramienta: ¿transmite el lenguaje que utilizo (y cómo lo utilizo) la manera en la que yo quiero relacionarme con los demás?, ¿somos, realmente, lo que hablamos?... “Food for thought”, que dirían en inglés.
Autora: Ana Pérez Romero, profesora de Inglés y Jefa de Estudios del IES Jorge Manrique.
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(lunes 20 de enero de 2020)
Technology has evolved through the years, and almost all of us are dependent on it. From lap tops to tablets, and from smartphones to television, technology comes in many different forms. How does technology, such as smartphones or computers, affect our bodies, and how dangerous is really technology? Although technology is here to help us in everyday life, there are a lot of reasons to why technology can be a negative, and even put us in danger or make us sick, both mentally and physically.
Mental health
Our mental health affects how we think, feel and act, and use of technology can have an impact on our mental health. But first; why is our mental health so important? According to the World Health Organization, mental health is “a state of well-being in which every individual realizes his or her own potential, can cope with the normal stresses of life, can work productively and fruitfully, and Is able to make a contribution to her or his community.” Mental health includes our emotional and social well-being. The Government of Western Australia Mental Health Commission states: “Keeping our mind healthy is something we should do on a daily basis. It is an important part of you overall health to be able to function well, have meaningful social connections, positive self-esteem and the ability to cope with change.”
Nomophobia
So, what does mental health have to do with technology? Wall Street Journal articles show the psychological impact that smartphones have on people. One of them show the unnatural angst caused by not having your smartphone with you or near you. This is called Nomophobia, and is a mental illness caused by technology. It is a growing illness in today’s world, especially amongst young people. YouGov, a research organization, looked at anxieties suffered by mobile phone users. The study found that about 58% of men and 47% of women suffer from Nomophobia. The study even found that about two in three people sleep with or next to their smartphones, and that among college students, it is even higher.
Image 1: James Bareham/The Verge
Obesity
Technology doesn’t just cause problems with our mental health; our physical health is at risk too. Obesity is one of the most dangerous effects of today’s use of technology. For example, watching too much TV contributes to a higher risk of developing obesity among kids. The reason for this is mostly because it can lead to an unhealthy diet. Lisa Rapaport from reuters.com writes that a US study shows that smaller screens also contributes to obesity. A heavy use of screens and other types of technology connect with a person’s diet, physical activity, and can therefore lead to obesity.
It is consuming sugary drinks and unhealthy foods while using sitting down and using technology that is the problem here. Another factor that can contribute to the problem is the ads that come up before watching videos on the internet or commercials before TV shows. This can tempt people watching to buy the food. The last reason to why technology can cause obesity we are going to look at is sleep. In the lead study author Dr. Erica Kenney, a public health researcher at Harvard University in Boston states that there is a connection between decreased sleep and obesity, and too much screen time can interfere with the amount and quality people get, especially teens.
Image 2: shutterstock
Digital eye strain
Blurred vision, dry eyes, headaches, neck and shoulder pain, all of these are symptoms of digital eye strain. Ann Pietrangelo from the website healthline.com writes: “According to the American Optometric Association (AOA), prolonged use of computers, tablets, and cellphones can lead to digital eye strain.” and that screen glare, bad lighting, and improper viewing distance all are contributing factors to digital eye strain. But what is digital eye strain? American Optometric Association states that digital eye strain, also known as computer vision syndrome, is a group of eye and vision-related problems that result from computer, tablet and cell phone use. The vision council says: “About 80 percent of American adults report using digital devices for more than two hours per day with nearly 67 percent using two or more devices simultaneously, and 59 percent report experiencing symptoms of digital eye strain.”
Musculoskeletal disorders
Ann Pietrangelo from Healthline also mentions musculoskeletal problems in her text about technology and our health. “Musculoskeletal Disorders or MSDs are injuries and disorders that affect the human’s body´s movement or musculoskeletal system” writes erguplus.com. ErgoPlus also writes that MSDs are a common and costly problem for people and companies across the United States. Addiction to smartphone can in fact cause neck problems and other injuries in muscles, tendons, ligaments, nerves, discs, blood vessels, etc. ErgoPlus writes further: “When a worker is asked to do work that is outside his body´s capabilities and limitations, he is being asked to put his musculoskeletal system at risk.” Using the computer, the whole day, sitting in unnatural and bad way and using it for too long s is putting your body at risk.
Education
Technology doesn’t just affect our bodies and our mental health, also the way we think. Although technology is here to help us with things we need, technology doesn’t always guarantee good quality education. As technology grows bigger and better, we use it more and more, including in schools. Kidslox.com means that overuse of technology in the classroom will affect the learning process in a negative way. They write: “Plagiarism and cheating have increased while analysis and critical thinking have declined. This puts young generation thinking abilities in jeopardy.”
Image 3: MIT stock
It is clear to us now that technology has become a big part of our lives and we use it every single day. At our jobs, at school, at home, it is everywhere. It is a growing phenomenon, especially amongst teenagers and kids. To summarize, technology such as computers, mobile smart phones and television can affect us in every way, through our mentality, education and our body health, just to name a few. With illnesses like musculoskeletal disorders, digital eye strain, nomophobia and obesity. With all these points in mind, there is no doubt that technology can have an impact on your life.
Author: Oda Austvik. Student of Bachillerato 1º A, IES Jorge Manrique.
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