(jueves 10 de junio de 2021)
Cadena perpetua, viento y eternidad.
Mentiras que atrapan y se cuelan en lo que eres.
Ahogo, aquel día de fuerte tempestad
Fuego e ira que todo queman.
Alas, plumas y vuelo por el azul inmenso se escapan
Cambio, ruido y silencio dispersos por el mundo
Miradas de dos jóvenes que se ven por lo que son y no por lo que los demás ven.
Promesas incumplidas que acaban por separar tu alma y la mía.
Trampas que llenan el mundo, porque somos nosotros quienes entre un millón de oportunidades escogemos siempre la misma, la que alienta nuestro dolor.
Dolor en forma de herida sellada que llevamos siempre con nosotros.
Que, acariciada con el amor más profundo, olvida lo que un día tanto dolió.
Y que atormentada, llena de ácido todo lo que un día tanto costó curar.
Envidia, que nos corroe desde nuestro palacio de oro del que a veces nos sentimos dueños.
Sueños, por ser y lograr aquello que tanto quieren para nosotros aquellos que por querernos tanto no nos quieren como somos.
Recuerdos que nos atan a lo que fuimos y nunca más volveremos a ser.
Intentamos atraparlo, pero no nos damos cuenta de que de lo que antes era todo ya no es nada.
Porque una venda de un millón de manos no nos deja ver más allá de lo que tenemos delante.
Y entonces,
Equivocarse y volver a intentarlo.
Tener y querer la posibilidad de ser y amar mejor.
Recorrer cada tramo de piel de nuestro único templo.
Y cubrir de hiedra y flores todo aquello que antes era una cárcel. De las flores más bonitas del mundo.
Y pintar de luz cada lugar donde antes solo había polvo y soledad.
Y cuando te das cuenta y miras hacia el cielo una última vez, por fin entiendes que todo el camino era tuyo, que las plantas no se secan si las riegas y que el aliento te lo das tú misma sin ayuda de nadie.
Aprendes que volar es gratis y nadie te puede cortar las alas.
Y que esas dulces lágrimas que caen por tu mejilla son las más necesarias para liberarte de todo aquello que te destruye por dentro.
Y que romper las cadenas que cuando eras una niña te pusieron te hace la persona más valiente del mundo.
Autora: Irene Pulido, alumna de 2º de Bachillerato del I.E.S. Jorge Manrique.. Ha obtenido el primer premio en el Concurso Literario 2020-21 (en la categoría de Bachillerato), organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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