(lunes 27 de abril de 2020)
Los padres de Adela iban todos los veranos a la misma ciudad, a la misma playa y al mismo hotel. Todos los veranos les recibía el mismo recepcionista en el hotel, y todos los veranos los llevaba a un despacho en el que les explicaba lo que se podía ver en la ciudad. Pero Adela no se fijaba en nada de eso, ni en el recepcionista, ni en el despacho. Solo esperaba ansiosa a que sus padres se sentaran en el despacho y el recepcionista empezase a hablar. Entonces cogía su objeto favorito, lo que más le gustaba de las vacaciones. Era un pisapapeles transparente: dentro había agua y colorante azul, había también un pez de colorines que, al agitar el pisapapeles, nadaba por el líquido azul. Le encantaba agitarlo y ver como el pez subía y bajaba por ese pequeño mar. Por supuesto también le encantaba el mar, el que no estaba dentro de una bola de cristal, y en el que podía nadar y saltar olas, pero tenía un inconveniente no tenía peces.
Un verano, después de que el recepcionista les contase a sus padres todo lo que podían ver y visitar y estuvieron bien instalados en la habitación (que siempre era la 444), sus padres le dijeron que ese verano iban a visitar un acuario de una ciudad cercana. Adela se puso muy contenta, ¡iba a ver peces!
Pasó la semana entera super emocionada y, cuando por fin el coche de sus padres se paró en el parking, Adela saltó del coche y arrastró a sus padres hasta la entrada. Pasó un día fantástico, vio peces, ballenas, manatíes, tortugas, en fin, cualquier criatura que viva en el agua y puedan llevar a un acuario.
Pasó el tiempo y Adela tuvo un hermano, Erik. Siguieron yendo a la misma ciudad, la misma playa y el mismo hotel. Y, aunque Adela tenía ya 13 años, le seguía fascinando el pisapapeles del despacho. Uno de esos veranos sus padres decidieron volver al acuario. Adela se puso contenta, y decidió hacer que esa visita le gustase tanto a su hermano como a ella años atrás.
Su hermano se lo pasó muy bien, pero ella tenía una sensación extraña, notaba a los peces tristes y aburridos. Leyó los carteles, la gran mayoría de ellos decían: ANIMAL NACIDO EN CAUTIVERIO.
Adela creció y llegó el día en el que debía decidir qué carrera elegir. Después de darle un par de vueltas, se acordó de los animales del acuario y de los documentales que había visto hace poco en la tele. Y decidió que quería dedicarse a salvar animales. Adela se sacó la carrera, y empezó a trabajar en una empresa que vigilaba que las empresas fuesen respetuosas con el medio ambiente. La fueron ascendiendo, pues tenía buenas iniciativas. Ahorró el dinero y la experiencia necesaria y empezó a grabar documentales. Mucha gente la conocía y la admiraba y otra poca la despreciaba y juzgaba. Inició una movida para retirar la isla de plástico del Pacífico y, en eso está.
AYUDA A ADELA Y OTRAS PERSONAS QUE LUCHAN COMO ELLA A SALVAR NUESTRO MUNDO
Autora: Irene Company, alumna de 2º ESO A. Ganadora del segundo premio del Concurso Literario 2019-20, modalidad 1º-2º ESO, organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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(viernes 24 de abril de 2020)
Solía ir a bucear
como un pez en el mar,
visitar el arrecife de coral
y comprar una preciosa postal.
Ver el fondo de colores
y nadar entre tiburones
era una de mis pasiones
junto con cantar canciones.
Un día buceando me encontré
y entre muchos plásticos nadé,
y yo seguía nadando
y más basura encontrando.
¿Qué es esto? me preguntaba,
y más tarde lo averiguaba,
que yo jamás al decir miento,
el cambio climático no es un cuento.
¡Se avecina un fin descomunal!
pero a la gente le daba igual,
más basura y contaminación
venían con aceleración.
Y si no cuidamos el planeta,
nuestras vidas darán una voltereta.
Deseé convertirme en un pájaro
y salir volando hacia el faro,
para querer esconderme
como quien dice que duerme.
Solo pensé en un lugar
que sin duda era el mar,
el horizonte divisé
y caminé, salté y volé.
Autora: Marina Vega, alumna de 2º ESO B. Ganadora del primer premio del Concurso Literario 2019-20, modalidad 1º-2º ESO, organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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(jueves 16 de abril de 2020)
Buenos días.
Me presento: soy Ana, tengo 14 años, y me hace mucha ilusión escribir esta carta, porque todos merecemos recibir aunque sea un poco de amor. (¡Qué cursi suena eso!)
Estamos un tiempo separados de nuestras personas favoritas, pero quizá sea mejor, a veces necesitamos un tiempo a solas para no acabar hartos de todo el mundo, debemos aprender a ser autosuficientes e independientes. En mi caso, después de un día rodeada de personas (que tampoco me quejo) lo que me gusta es auto marginarme en mi habitación y no hablar con nadie, solo escuchar el silencio, maravilloso silencio. Es verdad que yo soy bastante introvertida y disfruto mucho de mi tiempo a solas, aunque no todo el mundo es así, a mucha gente le gusta estar todo el rato con sus amigos y familiares, y yo no soy quién para criticarles, pero ¡tampoco es tan malo distanciarnos un poco!
Todo tiene su lado positivo; ahora podemos hacer cosas que antes "no teníamos tiempo" para hacer. En mi caso ahora procuro dibujar. Ahora estoy casi todo el día dibujando, y ¡he mejorado un montón! Todos tenemos una afición, y quizá todo esto sea cosa del universo que nos está diciendo: "¡Dejad de trabajar y hacer cosas aburridas!¡La vida está para vivirla al máximo!" Es cierto que no podemos hacer lo que hacíamos antes, pero este también es un tiempo para descubrir cosas nuevas. Yo le llamo la "cuarentena de experimentación", porque es el momento de experimentar con actividades que nunca habíamos pensado hacer, ¡seguro que muchas personas descubren su verdadera vocación en este confinamiento!
Espero que todo te vaya muy bien, confío en que te recuperarás pronto y podrás seguir con tu vida habitual. Recuerda que una mujer de 101 años se ha curado, y tú no vas a ser menos... Y lo más importante, no dejes de pensar que después de la tormenta siempre viene la calma. ¡¡¡Ánimo!!!
Cartas al paciente desconocido es una iniciativa del Dto. de Biología y Geología del IES Jorge Manrique, en la que alumjnos/as de ESO y Bachillerato han enviado cartas anónimas a pacientes desconoocidos de los hospitales.
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(miércoles 15 de abril de 2020)
Hola,
Lo primero que quiero desearte es mucha fuerza y mucho ánimo, con toda mi alma, espero que puedas sentir toda la energía que intento transmitirte.
Tienes que pensar en todas las personas que están fuera esperándote, no solo en tus familiares y amigos, sino también en todos los que estamos en casa deseando que todos los que estáis enfermos os recuperéis pronto y podáis también recuperar vuestras vidas.
Es una alegría poder escuchar la cantidad de personas que día a día van saliendo de los hospitales recuperadas.
Muchos de los aplausos que tarde a tarde dedicamos al personal sanitario, también van por ti, que en estos momentos estás compartiendo parte de tu vida con ellos.
Tienes que pensar también en todos los momentos felices que has pasado al lado de tus seres queridos, en todos los lugares bonitos que has visitado, y en todos los que te quedan por visitar. Piensa en esas vacaciones tan divertidas, en los regalos que has hecho, en las sonrisas que has propiciado. Pero sobre todo piensa en lo que vas a hacer este verano, en las comidas que vas a tener con tu familia, en los abrazos que te van adar tus seres queridos.
Pero sobre todo, piensa en la felicidad que van a sentir todos cuando sepan que has podido superar el virus, que has luchado con todas tus fuerzas, piensa en sus SONRISAS.
Por favor, aunque a veces hayas podido desanimarte nunca dejes de luchar, para mi no eres un número más, para mi eres historia, ya que eres un gran superviviente a la pandemia de este siglo.
Me despido de ti deseando que esta carta te haya servido para recordar algún momento bonito, algún sitio maravilloso al que quieras volver.
Mucha suerte.
Un gran abrazo.
Cartas al paciente desconocido es una iniciativa del Dto. de Biología y Geología del IES Jorge Manrique, en la que alumjnos/as de ESO y Bachillerato han enviado cartas anónimas a pacientes desconoocidos de los hospitales.
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