(miércoles 29 de abril de 2020)
Profundas heridas sangrantes,
atisban desde el cielo los astros brillantes.
La esfera azul ven que muere,
pues cicatrizar el daño no puede.
Rugen feroces llamas en la lejanía,
mientras el bosque se consume en agonía,
rebeldes crepitan sin descanso,
tiñendo de luto el ocaso.
El viento ha perdido su dulzura,
meciendo plásticos en agria tortura,
arrastra la pena en su silbido,
el aire puro cayó en el olvido.
Se agita el mar embravecido,
¡escucha a su ser enfurecido!
Sus entrañas advierten con su espuma,
que su intenso azul se esfuma.
En silencio los árboles gritan,
y al caer el hacha atroz suplican,
se desliza la savia por su corteza,
mientras su fin se acerca con certeza.
Los gélidos hielos polares,
se van fundiendo con los mares.
La aurora boreal les rinde homenaje,
envuelta en su colorido traje.
Los gorriones confiesan a la hiedra,
que al brotar su canto se quiebra.
El tibio sol, arriba en la altura,
triste se lamenta con amargura,
el dulce trino que escuchaba ayer,
ya no forma parte de su amanecer.
Autora: Silvia Tagarro, alumna de 4º ESO B. Galardonada con el primer premio del Concurso Literario 2019-20, modalidad 3º-4º ESO, organizado por el Departamento de Lengua y Literatura.
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